Por Josep Vidal-Conti

Universitat de les Illes Balears

Las investigaciones que se han realizado en las últimas décadas en los países con un alto nivel de desarrollo muestran que su población ha adquirido un estilo de vida para el cual no estamos preparados según nuestro proceso evolutivo (sedentarismo, tabaco, alcohol, alimentación inadecuada…).  Uno de los problemas de salud que han surgido a raíz de este nuevo estilo de vida sedentario es el que se conoce popularmente como dolor de espalda inespecífico, que se podría definir como “el dolor que aparece en la zona lumbosacra, y que habitualmente viene acompañado de limitaciones de movimiento, a consecuencia del dolor”.

En concreto, el dolor de espalda es uno de los mayores problemas de salud en todo el mundo. Habitualmente empieza en la infancia, y durante la adolescencia la prevalencia llega a valores similares a los de los adultos. La existencia de un episodio de dolor de espalda es una señal que predice futuros problemas de este tipo, y por lo tanto, la prevención entre los jóvenes es fundamental para abordar este problema.

PREVENIR EL DOLOR DE ESPALDA EN MENORES

De acuerdo con los datos internacionales, la prevalencia de dolor de espalda infantil varía entre el 7% y el 63%. Hasta la fecha, el mayor estudio realizado con niños se llevó a cabo en España, con el objetivo de determinar la prevalencia y los factores de riesgo de dolor de espalda en 16.357 participantes. Los resultados de este estudio demostraron que en jóvenes de entre 13 y 15 años, el 50,9% de los niños y el 69,3% de las niñas han sufrido dolor de espalda al menos una vez en la vida, y que el 21% y 30,7% de niños y niñas, respectivamente, tienen un dolor de espalda que limita sus actividades diarias.

Dada la frecuencia del dolor de espalda y de sus consecuencias en el largo plazo, los esfuerzos preventivos deberían tener la máxima prioridad. La correlación de la etiología o, al menos, de algunos indicadores de riesgo será un requisito previo para el desarrollo de una prevención primaria efectiva. Variables como el género, la edad, el índice de masa corporal, los factores psicosociales, el tiempo de estar sentado o de pantalla, la condición física y llevar mochilas demasiado pesadas se han sugerido e identificado como factores asociados, aunque los resultados de algunos estudios relacionados con su influencia real son contradictorios.

LA ACTIVIDAD FÍSICA ES NECESARIA 

Otro factor importante asociado al dolor de espalda es la actividad física. La relación entre ambos es curvilínea en los adolescentes, considerando que los valores bajos y altos de actividad física están asociados con un riesgo creciente de dolor de espalda. Por tanto, todavía hay espacio para la hipótesis de que la ocurrencia de dolor de espalda depende de la cantidad y la intensidad de la actividad física. Por otro lado, resulta necesario determinar el nivel de conocimiento específico sobre la salud y el cuidado de la espalda de los niños, dado que son muy pocos los estudios que han abordado esta faceta.

Por todo ello, la educación postural se presenta como un elemento importante cuando hablamos de la promoción de hábitos de vida saludable en los centros escolares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado la escuela como un entorno eficaz para mejorar la salud infantil, por tanto, se considera un marco privilegiado para desarrollar un programa de educación para la salud eficiente. 

PROGRAMA DE EDUCACIÓN POSTURAL EN LA ESCUELA

Los estudios de intervención, que incluyen una evaluación del conocimiento general sobre el cuidado de la espalda, coinciden en que la educación postural a través del currículo es una estrategia efectiva para mejorar el aspecto cognitivo del cuidado de la espalda en la escuela.

Es por este motivo que desde el Grupo de Investigación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (GICAFE), de la Universitat de les Illes Balears, se puso en marcha el Programa de Educación Postural en la Escuela (PEPE), con el objetivo de examinar los efectos de una intervención multicomponente en la salud postural de escolares. El grupo objetivo consiste en escolares entre 10 y 12 años, pertenecientes a quinto y sexto curso de educación primaria. 

La estrategia general para desarrollar el programa se basa en: 

  1. La intervención sobre los profesores de aula, profesores de educación física y equipos directivos
  2. La sensibilización de la comunidad educativa (docentes, alumnos, familias)
  3. La formación docente
  4. Intervenir a lo largo de todo el año académico

Por lo tanto, la intervención no se lleva a cabo directamente sobre los escolares, sino sobre su entorno más cercano. De manera más concreta, el programa PEPE se ha centrado en las siguientes acciones:

  1. Formación teórico-práctica de educación postural a los docentes de los centros educativos
  2. Implantación del programa de descansos activos en el aula para los maestros de aula
  3. Desarrollo de una unidad didáctica de educación postural para educación física con actividades independientes para poder ser aplicadas transversalmente en cualquier otro contenido curricular de educación física
  4. Distribución de material informativo (carteles y folletos) entre toda la comunidad educativa (docentes, alumnos, familias)

Todos estos recursos están a disposición de los centros educativos en la página web creada a tal efecto (http://gicafe.uibvirtual.es/). Para más información mira este video: