Por Jorge Lizandra Mora
Universitat de València
Muchas veces hemos escuchado que la clase de Educación Física es el contexto propicio para iniciar, potenciar, o consolidar los hábitos de vida saludable de nuestro alumnado pero, ¿cómo podemos identificar, movilizar, y evaluar activos de salud de una manera participativa? Desde el Projecte EVA consideramos que una de las claves está en partir de los intereses, los gustos, y las preferencias de práctica de actividad física de nuestro alumnado.
Para identificarlos utilizamos una dinámica colaborativa, conocida como matriz de entrevistas estructurada (Structured Interview Matrix, SIM). Esta consiste en preparar preguntas acerca de las actividades que les gusta realizar y/o se sienten habilidosos, así como las personas, y los espacios que facilitan su práctica de actividad física.
Preparadas las preguntas iniciamos unas rondas de entrevistas 1×1 para que cada grupo pueda extraer el máximo de información sobre la dimensión que han preparado.
Finalizadas las entrevistas, cada grupo trabaja de manera conjunta para extraer la información esencial, y plasmarla de manera organizada en un panel o mural. La dinámica acaba con una exposición plenaria en la que cada grupo presenta sus conclusiones, para poder consensuar entre todas y todos, la relación de actividades que les gustaría realizar en clase de Educación Física; lo que identificamos como activos de salud a movilizar.
Para hacerlo diseñamos, junto a nuestro alumnado, programas grupales de actividad física y de salud encaminados a aprender cómo realizar esas actividades o juegos de manera progresiva. El alumnado se compromete a llevar a la práctica cada programa en clase y/o en su tiempo libre, revisando y reflexionando sobre ellos, para hacer los ajustes que se consideren necesarios. Todo este proceso se ilustra con imágenes que se incorporan a un porfolio, que servirán para realizar la evaluación del programa de movilización de activos de salud.
Esta evaluación, la realizamos mediante una segunda dinámica colaborativa conocida como Fotovoz (PhotoVoice). Esta consiste en seleccionar imágenes del programa, explicarlas, y analizarlas, para que el alumnado identifique todo aquello que las imágenes muestran acerca de las actividades que les gusta hacer, aquellas sobre las que ahora son más competentes, y que han sido realizadas con sus amigos y/o familiares en los espacios del centro educativo y de su ámbito social o familiar.
Finalizado este análisis, cada grupo vuelve a trabajar conjuntamente para organizar la información esencial y reflejarla en un segundo panel o mural, que también expondrán en asamblea plenaria, esta vez para consensuar aquellas actividades que podrían acabar convirtiéndose, con una segunda fase de trabajo, en programas de promoción de estilos de vida activos, que partiendo de la clase de Educación Física puedan llevarse a la práctica, tanto en el contexto escolar, como en el extraescolar o comunitario.