Por Evelia Franco Álvarez

Universidad Pontificia Comillas

La motivación en Educación Física es un tema que preocupa a maestros y profesores de Educación Física (EF). Y es que, si bien muchas investigaciones señalan los beneficios que el hecho de sentirse motivados en este contexto puede tener sobre emociones positivas y conductas deseables relacionadas con la práctica de actividad física, son muchos los alumnos que siguen teniendo experiencias negativas en la clase de EF. Ante este panorama, la pregunta que se hacen los docentes es evidente: ¿cómo se puede favorecer la motivación de los alumnos en clase de EF? 

Como ya se ha puesto de relieve en entradas pasadas de este blog, el docente de EF puede favorecer la motivación de los alumnos con diversas estrategias orientadas a favorecer la autonomía, la competencia, y las relaciones entre los mismos. Además de la implementación aislada de determinadas estrategias, los docentes pueden mejorar los procesos motivacionales de sus alumnos mediante la utilización de determinadas metodologías, como el modelo de educación deportiva, o el modelo comprensivo de iniciación deportiva. El Aprendizaje Basado en Retos (ABRe) es otro enfoque pedagógico que puede ayudar a que los alumnos y alumnas mejoren su motivación en clase de EF.

Esta metodología, inicialmente desarrollada para contextos educativos generales, ha sido adaptada al contexto de EF por un grupo de profesores de la Universidad Pontificia Comillas. El ABRe está especialmente pensado para el aprendizaje de habilidades específicas. Por ejemplo, podría implementarse en una experiencia de aprendizaje de combas o malabares. También, como se ha indicado anteriormente, se puede implementar en la enseñanza de habilidades específicas deportivas (como el pase de dedos o de antebrazos en voleibol) para las cuales se pueden diseñar retos de dificultad-complejidad progresivas aumentando número de repeticiones, altura de la red, tipo de balón…

La principal característica de la propuesta pedagógica es que la enseñanza se organiza en tres fases diferenciadas:

Fase 1. Familiarización. Esta fase supone la primera toma de contacto con los retos planteados por parte del alumno, empleando para ello técnicas y estrategias de investigación y descubrimiento

Fase 2. Progresión. En esta fase los alumnos realizan los retos diseñados por el profesor, siendo estos de corta duración, individuales o grupales, y con diferentes niveles de dificultad. 

Fase 3. Consecución. En esta última fase los alumnos demuestran las habilidades adquiridas a través de la realización de los retos finales. También pueden demostrar la consecución a través de vídeos-montajes realizados en la fase anterior. 

PILARES QUE LO SUSTENTAN

Además, el Aprendizaje Basado en Retos, si bien permite adaptaciones específicas a cada propuesta que se realice, se sustentan en varios pilares que lo diferencian de enfoques más tradicionales, y que se presentan a continuación:

1.La sesión se estructura en base a la propuesta de los retos.

2.La individualización está muy presente en el proceso de enseñanza gracias al diseño y propuesta de numerosos retos con diferente nivel de dificultad.

3.La presentación de las tareas suele hacerse a través de recursos visuales como imágenes y vídeos.

4.El profesor favorece la sensación de autonomía del alumno al permitir que trabaje a su propio ritmo.

5.Favorece la implicación del alumno en su propia evaluación al ser este consciente de su progresión y de las dificultades que encuentra al ir superando retos.

Este modelo pedagógico puede favorecer la motivación de los alumnos a través de la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas de autonomía, competencia y relación con los demás. La autonomía se ve favorecida a través de la generación de espacios en los que los alumnos trabajan a su propio ritmo y, en ocasiones, mediante la oportunidad de que sean ellos los que elijan a qué retos quieren enfrentarse. La sensación de competencia de los alumnos mejora, principalmente, porque el hecho de que existan retos de diferentes niveles va a facilitar que todos experimenten sensaciones de logro adaptadas a sus propias capacidades. Por último, la necesidad de relación con los demás se ve favorecida debido a que algunos de los retos son grupales, favoreciendo la interacción entre los alumnos a través de tareas cooperativas. 

Por todo lo anterior, el ABRe se posiciona como una interesante respuesta cuando se trate de favorecer la motivación del alumnado en el aula de EF. Para más información no dudes en consultar este vídeo informativo que hemos realizado: